¿Cuánto cuesta montar un cultivo indoor desde cero?
Montar un cultivo indoor desde cero puede parecer un reto al principio, sobre todo si no se tiene experiencia previa o una guía clara de por dónde empezar. Pero con un poco de organización y una visión general de lo que realmente se necesita, es posible dar el primer paso sin complicaciones, sin dejarse medio sueldo en el intento y, sobre todo, con buen criterio.
En este artículo te acompañamos paso a paso para que entiendas qué elementos forman parte de un cultivo indoor básico, cuánto puede costar todo el equipo y qué factores conviene tener en cuenta desde el primer día. Si estás valorando dar el salto a un entorno de cultivo interior, esto te interesa.
Cómo montar un cultivo indoor desde cero
Lo primero que hay que tener claro es que un cultivo indoor no se trata solo de poner una planta bajo una bombilla. Hablamos de un sistema que debe replicar lo mejor posible las condiciones del exterior: luz, temperatura, ventilación, humedad, sustrato… todo debe estar bien calculado.
Por eso, antes de comprar nada, conviene planificar bien el espacio. ¿Tienes una habitación libre? ¿Un rincón en el trastero? ¿Vas a usar un armario específico para cultivo? A partir de ahí, podrás decidir qué tamaño de equipo necesitas y qué tipo de montaje se adapta mejor a ti.
Una vez elegido el espacio, los pasos para montar un cultivo indoor serían:
- Preparar la estructura o armario.
- Instalar la iluminación adecuada.
- Colocar sistema de ventilación y extracción.
- Elegir el sustrato y las macetas.
- Añadir los fertilizantes y medir los parámetros clave.
- Controlar temperatura y humedad.
- Establecer un horario de luz y riego.
No necesitas tenerlo todo perfecto desde el primer día, pero sí empezar con buena base para evitar errores típicos que puedan ralentizar el proceso.
Qué necesitas para montar un cultivo indoor desde cero
Vamos con el desglose. Hay elementos que son imprescindibles y otros que, aunque no lo sean, pueden marcar la diferencia si decides incorporarlos. Aquí los más importantes:
Armario o espacio de cultivo
Para los que empiezan, un armario de cultivo es la mejor opción. Vienen preparados para mantener la oscuridad total cuando toca, reflejan bien la luz y permiten tener todo controlado. Los hay de muchos tamaños, pero con uno de 80x80 o 100x100 cm tienes más que suficiente para un cultivo doméstico.
Si prefieres habilitar una habitación, deberás forrar las paredes con material reflectante (tipo Mylar) y asegurarte de que no entra luz del exterior.
Sistema de iluminación
La luz es el motor del cultivo indoor. Las más habituales son:
- LED: las más eficientes y de menor consumo. Aunque su precio inicial es algo mayor, se amortizan rápidamente y apenas generan calor.
- HPS (sodio): potentes y económicas, pero calientan mucho. Ideales para floración.
- LEC: una tecnología intermedia, muy completa y con espectro amplio.
La elección depende de tu presupuesto, del tamaño del espacio y de lo que priorices (consumo, calor, rendimiento).
Ventilación y extracción
Sin aire fresco, las plantas no respiran bien. Y si no respiran bien, no crecen como deberían. Necesitarás al menos:
- Un extractor que renueve el aire cada pocos minutos.
- Un ventilador interior que mueva el aire de forma constante.
- Un intractor (opcional en espacios pequeños) para introducir aire limpio.
Esto evita el exceso de humedad, ayuda a fortalecer los tallos y previene problemas como los hongos.
Filtro de carbón
Aunque no es obligatorio, sí es muy recomendable. Los filtros de carbón activo se instalan junto al extractor y ayudan a neutralizar los olores que se generan durante el ciclo de cultivo.
Si vives en un piso, compartes edificio o simplemente quieres mantener todo en discreción, este punto no debería pasarse por alto.
Sustrato y macetas
Tienes varias opciones, pero para empezar lo más sencillo es usar sustrato en tierra, que puedes encontrar ya preparado para cultivo interior. Aporta buena retención de agua, buen drenaje y suele venir enriquecido con nutrientes iniciales.
Las macetas también importan. Las de tela o las cuadradas negras de plástico son las más usadas. Asegúrate de tener platos o bandejas debajo para recoger el exceso de agua tras el riego.
Fertilizantes y nutrientes
Una buena alimentación marca la diferencia. Para un cultivo completo necesitarás al menos:
- Un fertilizante para la fase de crecimiento.
- Otro para la fase de floración.
También existen aditivos que mejoran la absorción o estimulan ciertos procesos. Pero si estás empezando, con un buen abono base de cada fase vas sobrado.
Medidores de pH y EC
Mantener los niveles de pH en el agua de riego es clave para que las raíces puedan absorber los nutrientes. Lo ideal es que esté entre 6.0 y 6.5, aunque puede variar según el sustrato.
El medidor de EC (conductividad eléctrica) te indica cuántos nutrientes hay en el agua. No es imprescindible al principio, pero ayuda a no pasarse o quedarse corto.
Controladores y accesorios
Un buen termohigrómetro te permitirá saber la temperatura y humedad del armario en todo momento. También te conviene un temporizador para automatizar los ciclos de luz y no tener que encender y apagar manualmente.
Otros accesorios útiles: cuerdas ajustables para colgar la lámpara, bandejas de cultivo, pulverizador para humedecer, y etiquetas para identificar tus plantas si cultivas más de una variedad.

Cuánto cuesta montar un cultivo indoor desde cero
Llegamos al punto clave: el presupuesto. ¿Cuánto te puede costar montar cultivo indoor desde cero? Pues depende mucho del tamaño del espacio, de la calidad de los materiales y de si compras todo por separado o te haces con un kit completo.
Aquí tienes una estimación media orientativa para un cultivo básico con armario de 80x80 cm:
- Armario de cultivo: entre 70 y 120 €
- Kit de iluminación LED: entre 120 y 180 €
- Extractor + ventilador: 60 – 90 €
- Filtro de carbón: 40 – 80 €
- Sustrato + macetas: 25 – 40 €
- Fertilizantes: 25 – 50 €
- Medidor de pH: desde 12 €
- Termohigrómetro + temporizador: 20 – 30 €
En total, estaríamos hablando de una inversión inicial de entre 350 y 500 euros para empezar con buen pie. Si además optas por kits que ya incluyen varios de estos elementos juntos, puedes ahorrar bastante.
¿Y luego qué? Pues los costes de mantenimiento no son altos: luz, agua, y reponer algún fertilizante. Si se lleva bien, un cultivo indoor puede ser muy eficiente y rentable en el medio plazo.
Qué tener en cuenta al empezar a montar un cultivo indoor
Más allá del dinero, hay detalles que muchas veces se pasan por alto y que conviene tener claros desde el inicio:
- Escoge bien el lugar: fresco, sin filtraciones de luz, y donde puedas controlar el olor.
- Ten claro el ciclo de cultivo: planifica las fases y no te precipites.
- No escatimes en iluminación y ventilación: son dos pilares básicos.
- No sobrefertilices: más no siempre es mejor. Menos y constante suele funcionar mejor.
- Mantén todo limpio y ordenado: te evitará sorpresas desagradables.
La clave está en ir poco a poco, aprender de cada cultivo y ajustar lo necesario en cada ronda. Lo bonito de este mundillo es que siempre se puede mejorar.
Conclusión: ¿merece la pena la inversión?
Montar cultivo indoor desde cero es una aventura que merece la pena si se hace con ganas, criterio y algo de mimo. El gasto inicial puede parecer elevado, pero los resultados hablan por sí solos. Además, con un buen equipo puedes repetir cultivo tras cultivo con mínimos ajustes.
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